El Cairo
El Cairo, capital de Egipto, con más de 17 millones de habitantes, es la mayor ciudad del mundo árabe. Los egipcios la conocen como «la ciudad de los mil minaretes» debido a la gran cantidad de mezquitas musulmanas que existen en la ciudad. Fue fundada en el 116 a. de C.
Como el resto de ciudades y pueblos que han existido y existen en Egipto, se encuentra situada a orillas del rÃo Nilo, y guarda algunos tesoros del antiguo Imperio de Egipto que convierten la visita a El Cairo en un destino imprescindible para cualquier turista y aventurero.
Museo egipcio de el Cairo
Construido en 1.902, el museo guarda algunos de los mayores tesoros de Egipto, conservando más de 120.000 objetos clasificados. La visita a este museo es prácticamente obligada para cualquier turista, ya que nos permitirá conocer mejor cómo vivÃan los habitantes y los faraones del antiguo Egipto. Las joyas, objetos, armas, estatuas y demás objetos hallados en las ruinas prácticamente no se encuentran en ellas, sino en este museo, aunque otro gran número de reliquias están distribuidas en museos de otros paÃses.
Entre los tesoros más importantes, encontraremos una impresionante colección de momias de faraones del antiguo Egipto, en perfecto estado de conservación, y el gran tesoro de Tutankamón, que se conserva intacto tal y como acompañaba al faraón en su tumba.
No está permitida la entrada de cámaras al museo, tanto de fotos como de vÃdeo, y en caso de portar alguna nos la harán dejar en una consigna a la entrada.
Actualmente está en proceso de construcción un nuevo museo a las afueras de la ciudad que con el tiempo pasará a ser el museo egipcio oficial, y tendrá una mayor superficie para poder presentar las reliquias en mejores condiciones, ya que el museo actual, pese a estar bien conservado, se ha quedado pequeño para tantos objetos y en algunos sitios se asemeja más a un almacén.
Palacio de Saladino
Dentro de la Ciudadela del rey Saladino, encontraremos la Mezquita de Alabastro, a la cual podremos acceder libremente y conocer mejor la cultura islámica. Antiguamente esta mezquita era el Palacio de Saladino, quien gobernó en Egipto en el 1.138 y construyó la ciudadela en lo alto de una colina a modo de fortificación militar.
Al tratarse de una mezquita, hay que cumplir una serie de normas para acceder. Por ejemplo, nos harán descalzarnos nada más acceder al palacio, y las mujeres deberán ocultar cualquier parte visible de su cuerpo (excepto la cabeza) según la religión islámica. Para tal efecto, a las féminas les facilitarán unas túnicas con las que cubrirse.
Khan el Khalili
El zoco de El Cairo, donde se puede comprar casi cualquier cosa. En «el jalili» es donde tendremos que poner a prueba nuestras dotes negociadoras, ya que a la hora de comprar cualquier artÃculo, deberemos regatear previamente su precio con el vendedor. Nos veremos avasallados en todo momento por cientos de comerciantes que querrán conseguir nuestra atención para que paremos en su tienda y vendernos sus productos, lo cual puede ser en ocasiones bastante agobiante.
Jordi: hay un comerciante egipcio al que coloquialmente se le conoce como Jordi. Posee 3 tiendas en el Khalili en las cuales no existe el regateo, simplemente cada producto tiene su precio y resulta además muy asequible aunque seamos buenos negociadores en otros comercios, por lo que se recomienda hacer primero una visita a Jordi y después buscar en otras tiendas lo que él no tenga. No hay que preocuparse por localizarlo, cualquiera nos indicará amablemente dónde se encuentra su tienda.
En Khan el Khalili existen además teterÃas y restaurantes en los que hacer un alto en nuestras compras y recargar las energÃas. El lugar más peculiar es El Fishawy, conocido como «café de los espejos», donde podremos fumarnos relajadamente una shisha (cachimba).
El tráfico
El Cairo es un verdadero caos circulatorio. El tráfico apenas está regulado por semáforos o pasos de cebra, y el simple hecho de cruzar una calle puede dar pánico a muchos, ya que como veremos nada más llegar, en Egipto tanto peatones como vehÃculos, circulan por donde pueden. Los coches utilizan el claxon en todo momento, de dÃa y de noche, para advertir de su presencia a otros conductores, algo que puede perturbar nuestras horas de sueño.